La Solana es un pueblo de la provincia de Ciudad Real, que cuenta con una gran tradición religiosa. Durante la Semana Santa la gran parte de sus habitantes se involucran en las actividades que se realizan en la ciudad como pasos y procesiones.
Este paso es el de la Virgen de los Dolores. Su procesión se realiza cada año el 3 de abril al atardecer. La fiesta de la Virgen de los Dolores es el 15 de septiembre. Sus vestimentas son negras o moradas.
La profecía de Simeón
Cumplidos los días de su purificación, según la Ley de
Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en
la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para
ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, según lo ordenado en
la ley del Señor.
Había por entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón;
este hombre justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu
Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no
moriría antes de ver al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu Santo vino al
Templo; y al introducir sus padres al niño Jesús para cumplir lo que la Ley
prescribía sobre él, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora,
Señor, ya puedes dejar que tu siervo se vaya en paz, según tu palabra, porque
mis ojos han visto tu salvación, la que has preparado ante la faz de todos los
pueblos, luz para revelación de los gentiles y gloria de tu pueblo, Israel.
Su padre y su madre estaban admirados por las cosas que se
decían de él. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: “Mira, éste ha sido
destinado para ser caída y resurrección de muchos en Israel, y como signo de
contradicción –y a ti misma una espada te atravesará el alma-, para que se
descubran los pensamientos de muchos corazones” (Lc 2, 22-35).
Nuestra Señora oye con atención lo que Dios quiere, pondera
lo que no entiende, pregunta lo que no sabe. Luego, se entrega toda al
cumplimiento de la voluntad divina: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí
según tu palabra. ¿Veis la maravilla? Santa María, maestra de toda nuestra
conducta, nos enseña ahora que la obediencia a Dios no es servilismo, no
sojuzga la conciencia: nos mueve íntimamente a que descubramos la libertad de
los hijos de Dios.
Maestra de caridad. Recordad aquella escena de la
presentación de Jesús en el templo. El anciano Simeón "aseguró a María, su
Madre: mira, este niño está destinado para ruina y para resurrección de muchos
en Israel y para ser el blanco de la contradicción; lo que será para ti misma
una espada que traspasará tu alma, a fin de que sean descubiertos los
pensamientos ocultos en los corazones de muchos". La inmensa caridad de
María por la humanidad hace que se cumpla, también en Ella, la afirmación de
Cristo: "nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus
amigos".
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